De entre todos los tesoros de mi biblioteca, una colección que me encanta particularmente es la de mis libros de tejido, específicamente de amigurumis.
Me gusta la tejedora Carla Mitrani, mejor conocida como Amour Fou, con su colección "mujeres del mundo" tejidas en la técnica amigurumi. También me fascina Ginansilyo ni Marya, Chiacrafts e Ildikko, pero sin duda, mi favorita es Yan Schenkel, mejor conocida como PicaPau. Es simplemente genial, como persona y como tejedora.
"Creo que la producción en masa y los materiales únicos nos están enfermando el corazón", dice PicaPau en su libro. Y tiene razón. En estos últimos años, tras perder a mi mamá, a mi hermano, a varias tías y al más querido de mis tíos, me di cuenta de que yo también me había "enfermado del corazón" y esa enfermedad me congeló el espíritu y me llenó de tristeza el alma. Me he obligado a seguir, pero a veces es duro continuar.
Como Yan con sus amigurumis, yo también quiero volver a crear, dibujar, bailar, sentir, sanar, pero no busco la perfección, sino la sanación a través de la creación planificada, al margen de un tipo de procrastinación que me impide sentir, porque puede doler, entristecer, enojar, indignar, extrañar y perder (aún más) el gozo, el entusiasmo y la paz. En la escuela, los maestros decimos que sin juego no hay aprendizaje. ¡Qué cosas! sin emociones, tampoco se aprende. El "Hacer jugando" de PicaPau tiene tanto sentido como el que Viktor Frankl plantea en su famoso best seller. Hoy lo sé.
Al final, estos libros de tejido en mi biblioteca son mucho más que simples manuales de instrucciones, porque son historias de sanación, de aprendizaje, de amor.
PicaPau y otras tejedoras me han enseñado que crear con las manos es una forma de hablar con el corazón. En estos tiempos donde todo parece ser rápido y desechable, donde la pérdida de seres queridos me ha dejado el alma adolorida, el tejido se ha convertido en mi forma de resistir, de sanar, de recordar.
Qué razón tiene este texto de Elena Bernabé, compartido y traducido por Takiruna. Lo comparto esperando que ayude a cualquiera que necesite leer estas palabras:
- "Abuela, ¿cómo se afronta el dolor?"
- "Con las manos, cariño. Si lo haces con la mente en lugar de aliviar el dolor, este se endurece aún más".
- "¿Con las manos abuela?"
- "Sí. Nuestras manos son las antenas de nuestra alma. Si las mueves tejiendo, cocinando, pintando, jugando o hundiéndolas en la tierra, envías señales de cuidado a la parte más profunda de ti. Y tu alma se ilumina porque le estás prestando atención. Entonces las señales del dolor ya no serán necesarias".
- "¿Las manos son realmente tan importantes?"
- "Sí, hija mía. Piensa en los bebés: comienzan a conocer el mundo gracias al toque de sus pequeñas manos. Si miras las manos de los viejos, te cuentan más sobre su vida que cualquier otra parte del cuerpo. Todo lo que se hace a mano se dice que está hecho con el corazón. Porque es realmente así: las manos y el corazón están conectados.
Los masajistas lo saben bien: cuando tocan el cuerpo de otra persona con sus manos crean una conexión profunda.
Es precisamente a partir de esta conexión que llega la curación.
Piense en los amantes: cuando se tocan las manos, hacen el amor de una manera más sublime".
- "Mis manos abuela ... ¡cuánto tiempo no las he usado así!".
- "Muévelas, mi amor, comienza a crear con ellas y todo dentro de ti se moverá. El dolor no pasará. Y en cambio lo que hagas con ellas se convertirá en la obra maestra más hermosa. Y ya no dolerá más. Porque habrás sido capaz de transformar su esencia".
P.D.: Al final, como dice PicaPau, "el tiempo en cada punto, la paciencia en cada costura, la búsqueda de la cantidad perfecta de relleno" y así quiero que sea este blog: paciente, cuidadoso, honesto. Un punto cada día, una palabra cada vez, hasta formar algo que, aunque imperfecto, esté lleno de significado. Este blog es para mi, pero si te gusta a ti, me alegrará mucho <3
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